Nació en Caracas el 28 de octubre de 1769 y murió en Amotape (Perú) el 28 de febrero de 1854. Hijo natural de Alejandro Carreño y Rosalía Rodríguez. Hermano del músico Cayetano Carreño. Fue Filósofo, pedagogo, maestro y mentor de Simón Bolívar. Calificado de loco, maestro o don, este ejemplar venezolano, se caracterizó por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena.
De la infancia de Rodríguez se conoce muy poco. El carácter nada común de este lo llevó a quitarse el apellido paterno y a quedarse sólo con el de su madre. En junio de 1814 se casó con María de los Santos Ronco, acto en el cual se declaró “expósito de esta feligresía”. En mayo de 1791 el Cabildo de Caracas le da un puesto como profesor en la “Escuela de Lectura y Escritura para niños”, en 1794 presentó un escrito crítico “Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento”. En esta escuela tiene la oportunidad de ser el tutor del futuro Libertador Simón Bolívar. Desde muy joven, Simón Rodríguez se dedicó a la educación y gozó del honor de ser el maestro de Simón Bolívar, en quien influyó notablemente. Toda su vida estuvo acompañada de ideas revolucionarias. Simpatizó con el movimiento independentista de Gual y España, y ante su fracaso, también él debió emigrar. Entonces se dirigió a Jamaica, donde estudió la lengua inglesa. Partió luego a los Estados Unidos y, finalmente a Europa. Fuertemente influenciado por El Emilio de Jean-Jacques Rousseau, Simón Rodríguez desarrolla una revolucionaria concepción de lo que debe ser el modelo educativo de las nacientes naciones americanas. El mismo Bolívar en carta al general Santander en 1824 decía que su maestro "enseñaba divirtiendo". Este espíritu que intentaba romper con las rígidas costumbres educativas del colonialismo español se reflejaría en toda la obra y el pensamiento de Simón Rodríguez.
En Francia se encontraron maestro y alumno y de allí partieron a un viaje que los llevó a Lyon y Chambery, para luego atravesar Los Alpes y entrar a Italia. En Milán, Rodríguez y Bolívar presenciarían la coronación de Napoléon Bonaparte como rey de Italia; y en Roma, el futuro Libertador de América se comprometería con el futuro de este continente, desencadenado del dominio español.Rodríguez se separó de su alumno y a partir de 1806 inició una peregrinación por varios países de Europa.
Su participación en la conspiración de Gual y España en contra de la corona española en 1797 lo fuerza a dejar el territorio venezolano
En Kingston, Jamaica, cambia su nombre a Samuel Robinsón, y después de permanecer algunos años en los Estados Unidos, viaja a Francia (1801). En 1804 se encuentra allí con Simón Bolívar, de quien había sido maestro cuando niño. Juntos realizan un largo viaje por gran parte de Europa. Son testigos presenciales de la coronación de Napoleón Bonaparte en Milán, como Rey de Italia y de Roma. Y es testigo del famoso juramento de Bolívar sobre el monte Sacro, en donde profetiza que liberaría a toda América de la corona española, y lo registra para la historia.
Entre 1806 y 1823, mientras se libraba gran parte de
Permanecí en Europa por más de 20 años; trabajé en un laboratorio de química industrial […]; concurrí a juntas secretas de carácter socialista […]. Estudié un poco de literatura, aprendí lenguas y regenté una escuela de primeras letras en un pueblecito de Rusia.
Regresa a América en 1823, usando el nombre de Simón Rodríguez nuevamente. En Colombia establece la primera escuela-taller en 1824. Atiende el llamado hecho por Bolívar desde el Perú y es nombrado “Director de la educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas” y “Director de Minas, Agricultura y Vías Publicas” de Bolivia.En 1826, establece una segunda escuela-taller como parte del proyecto para toda Bolivia. Pero el Mariscal Antonio José de Sucre, presidente de Bolivia desde octubre de 1826 no tenía una buena relación con él, por lo que Rodríguez dimitió el mismo año, trabajando el resto de su vida como educador y escritor, viviendo alternadamente entre Perú, Chile y Ecuador. Muy importante es su trabajo titulado Sociedades Americanas, dividido en varias ediciones publicadas en Arequipa (1828), Concepción (1834), Valparaíso (1838), y Lima (1842). El texto insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, idea que sintetiza su frase:[2]
No hay comentarios:
Publicar un comentario